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Cuatro cosas que ahora sabemos sobre la depresión resistente al tratamiento

Cuatro cosas que ahora sabemos sobre la depresión resistente al tratamiento

Neuroscience

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Nerve fibers
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Para muchas personas que enfrentan un trastorno depresivo mayor (que incluye diferentes tipos de depresión que persisten por, al menos, dos semanas), los antidepresivos pueden jugar un rol invaluable al momento de ayudar a aliviar los síntomas, lo que les permite retomar la vida que alguna vez disfrutaron. Pero para aquellos que enfrentan un tipo denominado depresión resistente al tratamiento (DRT), los medicamentos estándar suelen brindar un alivio mínimo o nulo.

Este trastorno no es raro: hasta un tercio de los adultos con una depresión mayor luchan con síntomas (como sentimiento de tristeza que persiste, trastornos de sueño, poca energía y pensamientos sobre la muerte o el suicidio) que no responden al tratamiento.

“Si bien hay algunos desacuerdos sobre cómo definir la depresión resistente al tratamiento, se suele considerar que un paciente la padece si no ha respondido a las dosis adecuadas de dos antidepresivos diferentes suministrados por un período de tiempo suficiente, que suele ser de seis semanas”, explica Jaskaran Singh, M.D., director principal de neurociencia en Janssen.

Si bien aún hay mucho por aprender, muchos avances recientes y prometedores arrojan nueva luz sobre cómo comprender y manejar la DRT. Para el Mes de la Salud Mental, reconocido durante el mes de mayo, presentamos cuatro razones por las que puede haber nuevas esperanzas para las personas que han estado viviendo con el trastorno por demasiado tiempo.

 

Uno.

 

Su edad, género y estado de salud pueden aumentar su riesgo de padecer depresión resistente al tratamiento.

No hay forma de predecir con certeza qué personas que padecen depresión no responderán al tratamiento, pero los investigadores han observado que ciertas poblaciones son más vulnerables que otras. Las mujeres y las personas mayores, por ejemplo, parecen padecer DRT en porcentajes más elevados por motivos que pueden ser tanto biológicos como psicológicos. Las personas que padecen ataques recurrentes de depresión graves o frecuentes también parecen ser más susceptibles.

La salud general de una persona con depresión también puede afectar.

“Los pacientes con depresión que tienen algunas enfermedades médicas (como enfermedad tiroidea o dolor crónico) están expuestos a un riesgo de DRT más alto”, expresa Alexander Papp, M.D., un psiquiatra de UC San Diego Health.

Otras afecciones asociadas a la DRT incluyen el abuso de sustancias y los trastornos alimenticios y del sueño, que tienen la posibilidad de hacer que sea más propenso a resistirse al tratamiento con antidepresivos.

 

Dos.

 

La depresión puede tener causas que aún no comprendemos, y este puede ser el motivo por el que los antidepresivos no funcionen en todas las personas.

Mientras que la biología de la depresión sigue siendo en gran medida un misterio, la teoría más popular es que es causada por bajos niveles de neurotransmisores, como serotonina y noradrenalina, en el cerebro. Estos neurotransmisores están asociados a sentimientos de felicidad y bienestar. Pero una investigación reciente sugiere que estos neurotransmisores pueden no ser los únicos responsables. En consecuencia, los antidepresivos que trabajan para aumentar los niveles de serotonina y noradrenalina pueden no ser un tratamiento que funcione en todos los casos.

“Una de las teorías más modernas es que la depresión crea una inflamación en el cerebro, o que la inflamación en el cerebro genera depresión”, dice el Dr. Papp. “Los antidepresivos tradicionales solo tienen efecto sobre los neurotransmisores. Entonces, esta puede ser la razón por la que algunos pacientes no responden a ellos”.

Independientemente de si esto es cierto o no, lo que sí sabemos es que no existe una solución garantizada para el problema, lo que puede ser frustrante tanto para los pacientes como para sus seres queridos.

He visto a muchos pacientes con depresión resistente al tratamiento que, a raíz de que sus antidepresivos no estaban funcionando, me han contado que sus amigos y familiares creían que ellos preferían estar deprimidos o que no estaban esforzándose lo suficiente para mejorar. No se trata de una falta de motivación.

Jaskaran Singh, M.D.,
director principal, neurociencia.

“Cuando tuve una práctica médica, vi a muchos pacientes con depresión resistente al tratamiento que, a raíz de que sus antidepresivos no estaban funcionando, me contaron que sus amigos y familiares creían que ellos preferían estar deprimidos o que no estaban esforzándose lo suficiente para mejorar”, expresa el Dr. Singh. “No se trata de una falta de motivación. Nunca he conocido a un paciente que no haya querido estar mejor”.

 

Tres.

 

Hay métodos establecidos para controlar la depresión resistente al tratamiento.

Si bien las palabras “resistente al tratamiento” pueden parecer un sinónimo de “desesperanza”, la realidad es que existen herramientas para ayudar a las personas con DRT. Un estudio publicado en el 2012 en la revista Patient Preference and Adherence identificó cinco estrategias de tratamiento principales (optimización, cambio, combinación, aumento y terapias somáticas) que los psiquiatras pueden usar para crear un plan personalizado para pacientes.

 

La optimización, por ejemplo, significa que “algunas personas con DRT pueden verse beneficiadas simplemente si les dan más tiempo a sus antidepresivos para hacer efecto o si toman una dosis más elevada”, expresa el Dr. Papp.

Para otras personas, el cambio a una clase de antidepresivo diferente, o agregar un antidepresivo al tratamiento vigente para un enfoque combinado, puede conducir a una remisión. Por su parte, el aumento puede implicar usar medicamentos que fueron desarrollados para otros fines, pero que han sido aprobados para el tratamiento de la DRT.

También existen terapias somáticas (sin fármacos) que incluyen la estimulación magnética transcraneana, que se dirige a las células nerviosas en la región del cerebro involucrada en el control del humor y la depresión, y la terapia electroconvulsiva (TEC), que induce cambios en la química cerebral para ayudar a revertir los síntomas de la DRT.

La TEC, a la cual la gente suele referirse de forma errónea como “terapia de electrochoque”, “está muy estigmatizada, en gran medida por cómo ha sido presentada en la película Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest)”, indica el Dr. Singh. Pero el procedimiento es mucho más seguro y tolerable hoy en día, y suele reservarse para personas con depresión resistente a los medicamentos grave. “No es para todos, pero suele ser efectiva en un 70 u 80 por ciento de los pacientes”, agrega.

 

Cuatro.

 

Hay una nueva investigación que se está llevando a cabo sobre la depresión resistente al tratamiento.

En la actualidad, los científicos en Janssen, por ejemplo, están llevando a cabo ensayos clínicos de un compuesto que podría, posiblemente, ayudar a las personas con DRT gracias a que actuaría en el cerebro por vías diferentes a las de los antidepresivos.

“Ese es el objetivo en Janssen”, dice el Dr. Singh, “desarrollar innovaciones que puedan generar un verdadero impacto en los pacientes, abordando una necesidad que no está cubierta”.

¿Cómo es realmente tener DRT? Mire este video para descubrirlo.

Este artículo, escrito por Jessica Brown, apareció por primera vez en www.jnj.com.